terça-feira, 25 de outubro de 2011

la historia de kahina la princesa bereber


El anfiteatro de El Djem (Túnez) es uno de los lugares más impresionantes que nos ha legado el pasado romano. Considerado como el coliseo de mayor tamaño de todo el continente africano, y el cuarto a nivel mundial, está asombrosamente bien conservado y nos permite transportarnos a épocas pasadas.

A menudo, y aunque mayoritariamente se le conoce como simplemente el Coliseo de El Djem, también se le llama Ksar de la Kahena, haciendo referencia a la princesa bereber llamada Kāhena, también al-Kāhina, (que significa “divinidad”, “profetisa” o “bruja”), que vivió durante el siglo VII.

Cuenta la leyenda que esta princesa consiguió unir a las tribus bereberes con un fin común: lograr impedir que los musulmanes invadieran sus tierras.


Al ser perseguida por sus enemigos, no le quedó más remedio que refugiarse junto con sus aliados en el anfiteatro. Los musulmanes no dudaron en sitiar el coliseo y esperar, ya que sabían que sin alimento la princesa y sus seguidores no serían capaces de resistir mucho tiempo. Sin embargo, nadie sabía muy bien cómo, cada día la princesa Kāhina aparecía con pescado para alimentarlos y, de este modo, consiguieron resistir la friolera de cuatro años.

Algunas teorías al respecto han esbozado que la hazaña tal vez fue posible gracias a la existencia de dos túneles subterráneos que unirían el anfiteatro con el Mar de Salatka y con Mahdia, aunque no se han encontrado restos de ninguno de ellos.

Existe también otra versión del mito que asegura que la princesa fue traicionada por su amante, quien no dudó en asesinarla apuñalándola y enviando su cabeza al jefe del ejército musulmán. De todos modos, fue ella la última que opuso resistencia a una invasión que, con la capitulación de la princesa y sus fieles, acabaría por conquistar todo el norte africano convirtiéndolo en árabe y musulmán.

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